Hace muchos años fuimos TRIBU: aldeas con casas sin puerta, niños caminando libres y descalzos, mujeres cocinando juntas, hombres cazando en manada, fuego por las noches para conversar, rituales, cantos y ritos comunitarios. El nacimiento, la crianza, el alimento, la enfermedad y la salud, las despedidas y la muerte, eran cuestión de todos.
Después fuimos familias inmensas. 12 o más hijos, mesas siempre llenas, tías, abuelas, siempre presentes. Una colección infinita de primos, aventuras y experiencias que llenaban la vida.
Pero después, las familias se hicieron más pequeñas, las casas más cerradas, puertas blindadas, doble candado, cada uno en su habitación con su celular y su televisión. Los problemas se volvieron secretos, los amigos escasos, la comunicación casi nula, la enfermedad un misterio, el dolor, un problema del que hay que deshacerse a cualquier precio.
La soledad hoy es infinita, así estemos rodeados de gente, porque no es soledad del cuerpo, sino vacío del alma. Un vacío que no se llena con fiestas, saludos casuales, frases de cajón falsas y mil veces repetidas.
- “Un abrazo inmenso”, decimos al despedirnos por WhatsApp o mail. ¿Cuántos de esos abrazos llegan a darse? ¿Cuántos se sostienen sin miedo, sin pena, sintiendo el corazón del otro latir?
Todos necesitamos el silencio y la soledad, pero no cualquier silencio, ni cualquier soledad. Necesitamos tiempo a solas, en consciencia, en reflexión. Tiempo para sentir, para dejar de huir de esa incomodidad emocional, de ese corazón que a veces siente más de la cuenta.
Soy abanderada de un silencio que evita que el impulso y el ego se roben el protagonismo, para que la esencia pueda florecer en sus tiempos más lentos, pero más bonitos, gratificantes y definitivamente, sanadores.
Hace mucho tiempo fuimos TRIBU y la condición humana necesita comunidad para sentirse completa, sostenida. Pues si el silencio y la soledad te dan el auto conocimiento y la hoja de ruta, la TRIBU te entrega la certeza, el amor y la fe.
Por eso, conecta adentro para entender, pero regresa afuera para compartir y que ese entendimiento tenga un sentido: de eso se trata la vida, nos necesitamos unos a otros.
Escrito por: Ana Isabel Santamaria
para el podcast “Somos Tribu” de Abierta Mente.